Asabedi

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miércoles, 23 de noviembre de 2016

EXPERIENCIAS PERSONALES: LA ACTITUD, NUESTRA MAYOR FUERZA MOTRIZ

Hace algún que otro mes que no daba uso a mi lápiz de madera, pero una amiga perteneciente al voluntariado de la asociación, me propuso colaborar proyectando mi experiencia en esta magnífica idea de emprender este Blog, así que sin cavilar ni un segundo dije sí y he aquí mi historia.

Transcurría Noviembre de dos mil cuatro, cursaba mis estudios en la Capital Hispalense y como de costumbre, volvía a casa como cada fin de semana. Éste sería dispar, tan dispar que se festejaba la celebración de cumpleaños de unos amigos con una capea. Parecía tener una premonición por una serie de detalles que transcurrieron ese día, y así causó, no volvería de vuelta a comienzo de semana a aquel séptimo de Reina Mercedes, sino que lo haría a la primera planta de traumatología. Imagínense, vaya cambio, todo se desfiguró. El nuevo centro de estudios resultó ser un hospital, mi compañera de habitación una señora de avanzada edad , y mi profesor no era la hermana Marcelina con sus hábitos, sino un señor ataviado con blanca bata.

En unos días se cumplirá el duodécimo año y a pesar del paso del tiempo, siempre recuerdo aquellas palabras que me dijeron mis padres al salir por la puerta de casa: “No te vayas a meter en la vaca”, pero pareció que no los oí, pues estando en la capea me entró un fornido ataque de intrepidez y allí que salí al ruedo, embistiendo la vaca y causándome Fractura abierta (Grado I) de tercio distal de tibia y peroné.

Todo se complicó, siendo intervenida quirúrgicamente en varias ocasiones (ocho, y dos pendiente) por diferentes causas: infecciones, rotura de clavo endomedular ( dos ), injertos óseos de cresta iliaca, tendón de Aquiles, extracción de material de osteosíntesis, etc... casi un total 1.600 días entre impeditivos y hospitalarios, casi ná. Hoy en día poseo secuelas que visiblemente se manifiestan, mi número de calzado derecho pasó a ser tres números más bajos, pie en equino ( como el de una bailarina de danza ), la sensibilidad es nula, así como medio cuerpo repleto de cicatrices que son mis heridas de guerra.

Mi vida dio un giro de 180º siempre bajo el desosiego, fustigándome a momentos, pues caí en un socavón del que sin ayuda de un profesional no hubiese sido posible la continuidad del camino. Nunca dejo en el desuso y siempre tengo presente en los recovecos de mi mente toda persona que me tendió su mano, me ayudó e hicieron lo posible por hacerme una persona válida a mis circunstancias. A cada suspiro de mi madre cuando iba andando atrás de mí sin dejarme ni un sólo instante sin descanso, mi mejor enfermera y fármaco para el dolor... “si yo te hubiese hecho caso cuando salía de casa”... Siempre pienso aquello de que tendría que tener siete vidas como los gatos para agradecer a cada una de las personas que me brindaron su tiempo, tanto familia, profesionales y amigos que fueron y son muchos, para mí los mejores, suerte la mía de teneros.

Durante algunos años el complejo se apoderó de mí, salía de casa y si visitaba algún bar pues no iba al baño hasta la vuelta para no ser objetivo de nadie y de ningún comentario obsceno, si iba a la playa escondía el pie bajo la arena, cogía por las calles menos transitadas para que no me mirasen,etc... me encontraba en un búnker que no me dejaba ser yo. Todo eso quedó en el desuso y ahora soy una persona libre de esos malos pensamientos que se apoderaron de mi, poseo algunas limitaciones pero hago mi vida lo más normal posible. He podido volver a disfrutar de mi pasión, montar a caballo me ha devuelto el equilibrio motriz y parte de la musculatura, me hace sentir en esplendor y he llegado a hacer setenta y cinco kilómetros en un día, todo un record para mí, pero lo que me hace más feliz en distinción y bajo la atenta mirada de mi madre, es oír su aplauso acompañado de un ¡¡Muy Bien!!, y esbozo la mejor de mis sonrisas. Compaginé la rehabilitación diaria con ir a clase y terminé de cursar mis estudios, pues cada vez que comenzaba el nuevo curso siempre había alguna complicación y tenía que dejarlo, era el momento, y una de mis mayores satisfacciones por aquel entonces, ¡Cómo me emocioné cuando salía por aquel pasillo y sabía que lo había conseguido! Después de la tormenta siempre llega la calma y cada día de nuestras vidas una oportunidad de florecer.

Contar esta historia u otras no es sinónimo ni intención alguna de causar una atmósfera de caridad hacía ninguna persona que tenga alguna discapacidad o en mi caso movilidad reducida, es tener conciencia, valía, recato, entre otros significados. Vivimos en una sociedad que parece estar avanzada pero de la que queda largo camino por recorrer, aún se sigue desacreditando e infravalorando el tener alguna “deficiencia”, la vida va tan deprisa y le gusta tanto sorprendernos que nunca andamos exentos, por eso hay que saber respetar, dar gracias por lo que tenemos y sobre todo ayudar en todo lo posible a sentirnos en igualdad.


Aquí os dejo un bonito fragmento del libro “Mi alma tiene prisa", de Mario Andrade.

Quiero vivir al lado de gente humana, muy humana. Que sepa reír, de sus errores. Que no huya, de sus responsabilidades. Que defienda, la dignidad humana. Y que desee tan sólo andar del lado de la verdad y la honradez. Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero rodearme de gente, que sepa tocar el corazón de las persona. Gente a quienes los golpes duros de la vida, le enseñaron a crecer con toques suaves en el alma.
Sí…tengo prisa, por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar. Pretendo no desperdiciar parte alguna de dulces que me quedan. Estoy seguro que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido .Mi meta es llegar al final satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia.
Tenemos dos vidas y, la segunda comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una.

  
                                                                     Mª Oliva Alfaro Tello



6 comentarios:

  1. Muy valiente Oli.Te felicito por el articulo.todos los que te conocemos y sabemos tu historia...eres grande.desi flor

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    1. Muchas gracias Desi, ha sido un acto de valentía de ambas. El lastre hay que soltarlo y si es para ayudar o para que la sociedad tome acto de conciencia mejor que mejor. Tú si que eres grande, toda una campeona!!!

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  2. Precioso Oliva!! Me ha encantado!! Mucho sufrimiento el que has pasado, pero finalmente has conseguido lo que querias!! Me alegro de volver a verte montada a caballo!! Muchos besos!!
    Alba Vargas

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    1. Hola Alba, gracias de corazón por tus palabras,sé que lo dices desde la cercanía, cariño y aprecio mutuo que nos tenemos. Un abrazo muy grande.

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  3. Emocionada me tienes,me encanta leerte siempre porque es cierto que tienes un don especial para escribir, tu historia es un ejemplo de superación, digna de aplauso, eres tan grande que nada podría devaluarte, grande de corazón. Enhorabuena por contar tu historia de una forma tan cercana. Un besazo

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    1. Gracias,muchas gracias Paqui, me enorgullecen tus palabras, es tan bonito todo lo que dices, que viniendo de una buena persona y de gran corazón como tú no sería menos. Espero que ésto que he hecho sirva para mucho e intentar apartar los miedos, como dice "Bebe"...hay que ser valiente y respirar, y vivir...besos

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