VOLAR.
Sentirse libre…es lo que experimenta una persona con movilidad
reducida cuando practica deportes de vuelo, al aire libre…y sí, una persona en
silla de ruedas puede realizarlas junto a un monitor perfectamente. Hace un par
de meses fui a pasar una semana junto a unos amigos a la ciudad malagueña de
Ronda. Preciosa ciudad con la que me obsesioné con sobrevolar su tajo en cuanto
vi una foto de él. Mis amigos me lo plantearon y lo pusieron tan fácil que me
animé y me lancé a cumplir mi deseo. Antes, evidentemente contacté con la
empresa que me organizaba la actividad y lo deje todo listo. Además su casco
histórico, sus calles , plazas y alamedas…me enamoraron completamente en cuanto
fui recorriéndolas con mi silla.
Llegué un lunes y realicé la actividad un jueves , así que
me dediqué a hacer turismo por la ciudad hasta
que llegase el día. Con suerte de que mis amigos residían allí desde
hacía un año por trabajo y me enseñaron todos esos rincones maravillosos que nos
ofrece Ronda.
Llegó el jueves y el día lucía espectacular. Estaba super
emocionada y deseando vivir la experiencia. El vuelo en Paramotor se realizaba
en una pista que estaba a las afueras de la ciudad.
El Paramotor Biplaza consta de dos asientos uno delante y
otro detrás descubierto donde va delante la persona viendo la panorámica y
detrás el monitor que suele ser una persona con muchísima experiencia y muchos
vuelos a sus espaldas que se encarga de manejar el motor y el paracaídas.
Llegamos al lugar, nos presentamos, monitor y yo y nos
dispusimos a montarnos en el aparato ( me ayudaron a bajarme de mi silla y a
subirme para colocarme todos los artilugios de seguridad, arnés , casco y unas
protecciones para los pies),además de unos walkitalkies con micrófono que
teníamos para comunicarnos. Una vez preparada , mis amigos me miraban con
sonrisas nerviosas con una mezcla de..” esta está loca” y “que guay lo que va a
hacer” ( así lo leí yo en sus caras).
Tras comprobar que todo estaba listo, arrancamos motores y
aquello comenzó a coger velocidad y vuelo. En ese momento la adrenalina era
máxima, me sentía eufórica y lo liberaba con unos chillidos que debieron dejar
al monitor medio sordo , que lucía cara de satisfacción ante una reacción a la
que estaba más que acostumbrado que pude
ver a través de la cámara que llevaba en las manos y grababa todo el vuelo . El
monitor era un tipo joven ,amable ,simpático y que te lo ponía todo fácil.
Después de hacer varias
piruetas con las que mis amigos quedaron impresionados desde tierra y coger
altura nos dispusimos a alejarnos hacia la ciudad. Durante el trayecto me iba
explicando en todo momento los lugares que íbamos sobrevolando (toda Ronda , su
Tajo, sus campos y unos pueblos vecinos ). Aquella era una visión espectacular.
Era como una gran piel (el campo) con muchas cicatrices (carriles, carreteras,
construcciones..).
Experimenté dos momentazos durante el vuelo: el primero
cuando volamos el Tajo (ver los lugares que estuve viendo los días anteriores
desde otro prisma fue increíble)y la segunda fue cuando el monitor me dejó los
mandos del paracaídas( pude manejar el aparato derecha e izquierda).
El vuelo duró unos treinta minutos, aterrizamos
favorablemente y cuando iba a bajar lo primero que dije con un subidón
increíble en el cuerpo aún fue: “ y después de esto ¿cómo voy a sentarme en la
silla ahora…”? jijiji.
Colgué las fotos en Facebook y entre likes y comentarios mi
hermano hablo con un piloto amigo suyo y en un par de meses más tarde estuve
realizando un vuelo en avioneta desde una escuela de vuelo que hay a las afueras de Medina Sidonia.
Contacté con Alejandro , el monitor, quedamos y nos vimos una tarde para volar. El vuelo
comenzaba desde la pista ( Medina Sidonia), y pillaba desde el castillo de Novo
Santi Petri ( Chiclana de la Frontera) pasando por toda la costa( Calas a
Roche, Conil, El Palmar y Los Caños) pasando por las localidades de Vejer de la
Frontera, Benalup- Casas Viejas, las pedanías
de San José del Malcocinado, Los Badalejos y de nuevo de vuelta a la pista.
Un vuelo muy completo con una duración de una hora. Fue
increíble ver lugares donde había estado, donde vivo, mi entorno más próximo
visto desde otro plano…el castillo del Novo , el Palmar,El Faro de los Caños…y de nuevo esa sensación de
piel con cicatrices.
Fue una gran experiencia
ver el atardecer sobrevolando el mar…fue un regalo estupendo, gracias Mino, a
Alejandro por ser tan buena gente y a mi sobrina por echarme una mano.
Ahora estoy escribiendo esto desde casa, estamos de
confinamiento en tiempos complicados y muchos días sola en casa pero vamos a
salir de ésta y mi próxima aventura por los aires ya os lo contaré y veréis,
porque vamos a salir de esta. Ánimo y fuerza a todos.
Desirée Flor
Desirée Flor